El Agro Barometer Austral, con un índice de ciento cuarenta y nueve en noviembre de dos mil veinticuatro, marca un hito en el sector agropecuario argentino, siendo el valor más alto desde su creación en dos mil dieciocho. Este aumento del trece por ciento respecto a septiembre y del veintisiete por ciento interanual refleja un optimismo significativo, impulsado tanto por las condiciones actuales como por expectativas futuras.
Pese a ello, el sector enfrenta una realidad económica compleja. La rentabilidad sigue siendo baja o negativa, especialmente para la agricultura en campos arrendados, mientras que los derechos de exportación y la caída en los precios internacionales de commodities como soja, maíz y trigo añaden presión al escenario financiero.
La gestión del presidente Javier Milei, tras un año en el cargo, recibe un balance mixto: un sesenta por ciento de los encuestados cree que cumplió con las expectativas, destacando medidas como el ajuste fiscal, la reducción de la inflación y la baja de tasas de interés. Sin embargo, un treinta y seis por ciento considera insuficientes los avances en la eliminación de retenciones y otras cargas impositivas.
En el ámbito internacional, las políticas del presidente estadounidense Donald Trump, recientemente electo, generan expectativas divididas. Un cincuenta y siete por ciento de los productores cree que su gestión tendrá un impacto positivo, mientras que un cuarenta y tres por ciento teme que el fortalecimiento del dólar y el proteccionismo puedan restringir las exportaciones argentinas a Estados Unidos.
A pesar de los desafíos, el cincuenta y seis por ciento de los productores considera que este es un buen momento para invertir en activos fijos. En particular, la ganadería se posiciona como una apuesta estratégica, con creciente interés en la adquisición de vientres para incrementar el stock y fortalecer la producción a largo plazo.
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