Los eclesiásticos y laicos que estarán involucrados en el proceso del 7 de mayo suscribieron el juramento de confidencialidad en la Capilla Paulina, Tercera Logia del Palacio Apostólico.
Todos fueron aprobados por el Cardenal Camarlengo y los tres Cardenales Asistentes según la Constitución Apostólica «Universi Dominici Gregis» n. 48.
Con estas palabras sellaron el compromiso de confidencialidad total que rodea al Cónclave que comenzará este miércoles 7 de mayo:
«Yo N. N. prometo y juro observar el secreto absoluto con quien no forme parte del Colegio de los Cardenales electores, y esto perpetuamente, a menos que reciba especiales facultades dadas expresamente por el nuevo Pontífice elegido o por sus Sucesores, acerca de todo lo que atañe directa o indirectamente a las votaciones y a los escrutinios para la elección del Sumo Pontífice».
El juramento fue pronunciado en cumplimiento de la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por el Papa Juan Pablo II, el 22 de febrero de 1996.
El secreto es absoluto y no están permitidas grabaciones ni de audio, ni de video. Cualquier intento de romper esta confidencialidad se castiga con la excomunión automática (latae sententiae), impuesta directamente por la Santa Sede.
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