El plan nació de una charla entre Brian Sundt y Santiago White y se convirtió, tras 8–9 meses de gestión, en una plantación de entre 3.500 y 4.000 árboles nativos a la vera del relleno sanitario de Las Rosas. Con un proyecto técnico de Nativas, aportes de la Fundación Cargill y el compromiso del Municipio, el trabajo en red hizo posible lo que parecía “titanico”. “Necesitábamos apoyo y el intendente dijo vamos para adelante”, resumieron.
El diseño contempla 8 hectáreas: unas 6,5 con algarrobo blanco y 1,5 con nativas de la región (manzano de campo, zen de campo, aguaribay, moradillo y espinillo). Además de crear un monte que hará de pantalla del basural, el trazado prevé calles internas para sumar a futuro 2,5 hectáreas de uso recreativo al Parque San Martín. La meta: un verdadero pulmón verde contiguo al parque y un espacio didáctico para escuelas.
La comunidad fue protagonista: participaron casi 40 alumnos de los cuatro secundarios locales y familias, en una jornada que mezcló aprendizaje y manos en la tierra. “Esto tiene que replicarse en otras localidades; hay conciencia ambiental y cuando el impulso inicial está, los aportes aparecen”, destacaron, subrayando el rol de productores y de la red CREA para contagiar la iniciativa en todo el país.
El mantenimiento quedó a cargo de la Municipalidad (desmalezado y riego) y Nativas hará monitoreos periódicos con una expectativa de >70% de supervivencia. Si el crecimiento acompaña, en cinco años las copas del algarrobo deberían cerrarse para dar sombra continua. “El mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años; el segundo mejor momento es ahora”, citó Sundt, como síntesis del espíritu del proyecto.
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