Daniel Ponce, el pastor que permanecía prófugo desde hacía varios días, fue localizado en el partido de Moreno mientras dirigía una ceremonia religiosa. La Justicia ya contaba con elementos probatorios en su contra y, tras su detención, quedó detenido e incomunicado. Se negó a declarar ante el fiscal del caso.
La detención se produjo en circunstancias inesperadas: el pastor se encontraba liderando una reunión espiritual en un salón colmado de seguidores cuando fue sorprendido por personal policial. A pesar de tener conocimiento de las denuncias por abuso sexual que pesaban en su contra, Ponce continuaba con sus actividades religiosas como si nada ocurriera.
La investigación estaba a cargo de la UFI N°1 de Moreno, con el fiscal Leandro Ventricelli al frente. Fue su equipo quien finalmente dio con el paradero del imputado en la noche del jueves, en plena zona oeste del conurbano bonaerense.
Autodenominado «ministro de culto», Ponce era una figura reconocida dentro de su comunidad. Aquel día ingresó al lugar como guía espiritual, rodeado de fieles que escuchaban con atención sus palabras. Pero salió esposado, acusado del delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado por configurar un sometimiento gravemente ultrajante, por haber sido cometido por el ministro de un culto reconocido y por tratarse del encargado de la guarda”.
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