El partido que River le ganó a Urawa Red Diamonds de Japón fue el de menor asistencia de público en el Mundial de Clubes
hasta el de Mamelodi Sundowns – Ulsan, programado a continuación y que, con muy pocos espectadores, tuvo una demora en su inicio por una amenaza de tormenta eléctrica en Orlando.
El cartel del Lumen Field de Seattle, estadio que tiene una capacidad de más de 68 mil espectadores, marcó que había 11.974 personas para ver el partido, lo que generó la burla de los hinchas de Boca.
Sin embargo, cabe resaltar que para los fanáticos del «Millo» era más complicado llegar hasta esa sede (ubicada al noroeste de Estados Unidos, casi al límite con Canadá) que Miami para los del «Xeneize», que agotaron sus entradas ante Benfica y Bayern Múnich y causaron sensación. De hecho, la sede que le tocó a River y el difícil acceso para sus hinchas despertó el cuestionamiento de Marcelo Gallardo en la conferencia previa al partido.
«El sorteo no nos benefició por la distancia y por el esfuerzo económico para que los hinchas pudieran acercarse a acompañar al equipo. No nos tocó una sede amena para que los hinchas puedan llegar”, resaltó «El Muñeco».
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