El fuego se desató en zonas de bosque a unos 30 kilómetros al oeste de Jerusalén y se expandió rápidamente debido a las altas temperaturas y las ráfagas de viento.
Las llamas obligaron a evacuar a comunidades enteras y a cortar rutas principales. Más de 20 personas debieron ser asistidas por la inhalación de humo.
El ministro de Defensa, Israel Katz, ordenó el despliegue del Ejército para colaborar y aseguró que “todas las fuerzas disponibles deben movilizarse para salvar vidas”.
Los focos más críticos se registraron en localidades como Mishmar Ayalon, Nachshon, Elad y Mevo Horon. El Servicio de Bomberos y Rescate de Israel informó que combaten las llamas en al menos cinco puntos activos.
El Magen David Adom, servicio nacional de emergencias médicas, elevó su nivel de alerta y dado el alcance del desastre, el gobierno israelí solicitó ayuda internacional.
Según medios locales, se enviaron pedidos formales de asistencia a Bulgaria, Chipre, Grecia e Italia.
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