La fuente volvió a tener agua tras dos meses de limpieza y restauración. Los trabajos de mantenimiento consistieron en eliminar la suciedad, la contaminación, el óxido de hierro y la cal del monumento.
El alcalde de la localidad, Roberto Gualtieri, destacó en su inauguración que se aplicará un sistema de contención para evitar las aglomeraciones y protegerla.
De esta manera, se permitirá la entrada a un máximo de 400 personas a la vez y se prohibirá sentarse en su borde. El número podría ser modificado en un futuro, según las autoridades italianas.
El ayuntamiento está considerando imponer una entrada de pago, para recaudar plata para mantenimiento. Se estima que la fuente recibe unas 12.000 visitas diariamente.
La apertura se realizó a dos días de que el papa inaugure en el Vaticano el Jubileo, evento celebrado cada cuarto de siglo.
La Fontana di Trevi cuenta con una tradición en la cual los visitantes lanzan una moneda a la fuente para garantizar su regreso a Roma. Esta actividad genera aproximadamente 1,5 millones de euros al año.
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