Reflexión:
En estos últimos días, nuestra sociedad se ha visto nuevamente movilizada por el crimen de Fernando Báez Sosa tras pedidos incesantes de justicia. Si bien este caso fue uno de los que más repercusión tuvo, no podemos pensarlo como un hecho aislado. Por el contrario, sucede día a día y en los distintos ámbitos que habitamos, solo que lo tenemos muy naturalizado.
Conmueve preguntarnos como nos sentiríamos y actuaríamos si estuviéramos en el lugar de la familia y amistades de Fernando, lo cual seguramente, se nos cruzó por la cabeza.
Pero … ¿en algún momento pudimos pensarnos como familia, amigos/as, pareja, de los agresores?
Probablemente no. Creemos que eso le pasa a un otro, en grandes ciudades, que ni nosotros ni nuestro circulo cercano estaríamos implicados en una situación así, que eso no pasa … hasta que pasa.
Y cuando pasa, no podemos creerlo. Entonces, ¿somos conscientes de que estas situaciones violentas también suceden en nuestra ciudad?
¿Recordamos cuando presenciamos peleas a la salida del boliche? ¿Cuándo insultaban a un compañero/a en la escuela? ¿Recordamos cuándo hacemos abuso del poder? ¿Cuándo no empleamos a alguien por tener hijos/as? ¿Cuándo incomodamos con un “piropo”? ¿Cuándo normalizamos que quien conduzca este alcoholizado/a? ¿Cuándo nos reíamos de las “cargadas”? ¿Cuándo filmamos y difundimos videos? ¿Cuándo discriminamos? ¿Cuándo denigramos a nuestra pareja? ¿Cuándo golpean a un amigo/a, o ese amigo/a es quien golpea? ¿Cuándo miramos para otro lado? ¿Cuándo juzgamos, acusamos o señalamos a otro/a? ¿Cuándo nos burlamos u opinamos de los cuerpos ajenos? ¿Cuándo dejamos a alguien “de lado”? ¿Cuándo hacemos “pagar derecho de piso” a un/a compañero/a? ¿Recordamos de qué formas nos comunicamos con los demás? ¿Tenemos en cuenta el mensaje que transmitimos a las nuevas generaciones?
Todas estas situaciones cotidianas contribuyen a seguir reproduciendo problemáticas estructurales como son las violencias de género, comunitarias, de clase, laborales, acoso callejero, bullying, consumos problemáticos de sustancias.
Entonces, cabe preguntarnos, ¿Cómo nos implicamos en estas situaciones? Como ciudadanos ¿Interpelamos y cuestionamos las violencias diarias que suceden? ¿Sabemos a dónde acudir?
En nuestra ciudad, contamos con diversas entidades estatales que trabajan día a día con múltiples problemáticas de índole social. El Centro de Día LGBTIQ+ acompaña en la garantía de los derechos humanos del colectivo LGBTIQ+, el Equipo Local de Niñez, Adolescencia, Familia y Género despliega medidas de prevención, asesoramiento y asistencia a mujeres en situación de violencias de género y a su vez, medidas de prevención, protección y garantía de derechos humanos de niños/as y adolescencia. El DTC (Dispositivo Territorial Comunitario) aborda la problemática de consumos problemático de sustancias a través de medidas de prevención, promoción y asistencia en términos de salud integral.
Por eso nos ocupa seguir poniendo en discusión y a su vez visibilizando, temáticas en clave de género y Derechos Humanos, como lo son: las nuevas masculinidades, diversidad sexual, Educación Sexual Integral, violencias por motivos de género, que nos van a permitir repensarnos como sociedad, deconstruir y construir los nuevos paradigmas en términos vinculares, afectivos y sociales.
Buscamos construir una comunidad libre de violencias y discriminación, que nos haga parte a todos y todas y buscar juntos y juntas la ciudad que queremos, entendiendo que es un compromiso colectivo que nos interpela.
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