En la última semana se desató el escándalo por el futuro del mítico Luna Park. La Comisión Nacional de Monumentos aprobó sin modificaciones el proyecto de demolición del edificio impulsado por el Arzobispado de Buenos Aires y el empresario Diego Finkelstein.
La resolución, firmada el 6 de enero, generó un fuerte revuelo debido a que el estadio, declarado Monumento Histórico Nacional en 2007 y ubicado en un Área de Protección Histórica, tiene prohibida su demolición, así como cualquier modificación en su volumen original. Pero a pesar de esto, el proyecto prevé la ampliación de su capacidad en un 53%, pasando de 8.400 a 13.000 espectadores. A raíz de esto, este viernes se conoció un comunicado de sus dueños desmintiendo las últimas informaciones.
El comunicado oficial de los dueños del Luna Park
«Es importante destacar que es absolutamente falso que se vaya a demoler el estadio, tal como ha circulado en algunos medios. La historia del Luna Park es una historia de transformaciones, remodelaciones y reciclaje, y esta no es más que otra etapa en este proceso de renovación continua», comenzaron en el escrito.
La sociedad anónima anunció que finalizó «un proceso de selección del futuro operador del estadio», donde «participaron los principales actores del mercado nacional e internacional». «Se llevó adelante en cumplimiento de todos los protocolos de transparencia institucionales y con la asesoría de una consultora internacional de prestigio», indicaron, sin mencionar ningún nombre y apellido.
«El proyecto presentado y aprobado por la Comisión Nacional de Monumentos busca intervenir el edificio para ponerlo en valor, preservarlo y renovarlo, modernizando sus instalaciones y corrigiendo desajustes estructurales para prepararlo para el futuro», explicaron.
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