El sábado, el Hipódromo de Rosario fue escenario de un show vibrante, cargado de clásicos y emociones, en el marco del regreso histórico de la banda a los escenarios.
Hubo quienes se aventuraron a adjudicarle un temblor que se percibió en distintos puntos de la ciudad y que se dio en simultáneo a las altas vibraciones emitidas desde el Parque Independencia.
Con entradas agotadas desde hacía semanas, el concierto arrancó pasadas las 21.50, cuando Andrés Ciro Martínez y los suyos salieron a escena para desandar una lista de más de dos horas y media de hits, donde no faltó casi ninguno de esos temas que hicieron historia en el rock nacional.
Desde el arranque, con “Llevátelo”, “María y José” y “Desde lejos no se ve”, quedó claro que el reencuentro sería intenso. Unas veinte canciones más sonaron en una noche fresca, donde la producción visual apostó a un diseño sobrio: pantallas centrales, laterales con primeros planos de los músicos y una apuesta más en la música que en el artificio.
En el tramo final, la fiesta se aceleró con una catarata de himnos: “Ruleta”, “Vine hasta aquí”, “Pacífico”, “Verano del 92”, que esta vez incluyó a hijos y sobrinos de los músicos sobre el escenario. Y ya pasada la medianoche, “Como Alí” y “El farolito” encendieron la última explosión de saltos y abrazos. El cierre fue nada menos que con la interpretación del Himno Nacional Argentino en armónica. Una postal perfecta para sellar un ritual inolvidable.
OjodePrensa
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