La historia de un soldado argentino, de Marcelo Daniel Massad un héroe que nunca volvió, pero jamás se fue.
Hace más de 43 años, Marcelo Daniel Massad partió rumbo a Malvinas con el anhelo de defender a su patria. No volvió. Su vida quedó en Monte Longdon, en uno de los combates más sangrientos de la guerra. Sus padres, Dalal y Coco, aún conservan intacta su habitación en Banfield, como un santuario donde cada objeto cuenta su historia.
Posters del Mundial ‘74, su televisor blanco y negro, las raquetas de tenis, la ropa que usaba con orgullo. Todo sigue ahí, como si el tiempo no hubiera pasado. Para su familia, su cuarto es más que un recuerdo: es un templo donde le rezan, le hablan, lo sienten presente.
Marcelo escribió una última carta antes de morir, saludando a su padre por su cumpleaños:
«Papá Coquito, si no llego a escribir otra carta quiero desearte feliz cumpleaños. Quiero volver y abrazarlos a todos y no soltarlos más»
No pudo cumplir su deseo, pero su memoria sigue abrazando a los suyos. A cada aniversario, el amor y el dolor se entrelazan en su casa. La guerra les arrebató a su hijo, pero jamás podrá borrar su recuerdo.
Porque los héroes nunca mueren.
¡Honor y gloria a nuestros soldados de Malvinas!

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