El incidente sucedió en el Hipódromo de Rosario el domingo pasado muy cerca de las gradas donde se encontraba el público.
En un video que se viralizó en redes sociales, se pudo ver cómo el caballo quedó imposibilitado de pararse tras quebrarse las dos patas delanteras en plena carrera. Acto seguido, fue recostado y se lo tapó con un biombo. Allí mismo, el animal fue sacrificado por un veterinario mediante una inyección eutanásica.
«Cuando un animal de gran porte tiene una fractura expuesta no tiene ninguna otra solución, hay que sacrificarlo», afirma Oscar Barattucci, entrenador e hijo del jockey Ángel Barattucci.
«Es un animal muy grande. Ya trasladarlo a un quirófano es difícil. Y después hay que tenerlo colgado para que haga reposo. No tiene remedio, hay que sacrificarlo. Lo duermen, es eutanásico, y descansa en paz», señaló el entrenador.
«Como no se podía parar, lo tapamos con un biombo, lo dormimos y finalmente se lo retiró con una carreta especial que hay. No fueron mas que cinco o seis minutos», relató Barattucci.
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