Según los reportes policiales, un sector de la hinchada local reaccionó de manera violenta al resultado, intentando ingresar al campo de juego al romper el alambrado detrás del arco sur. Uno de los simpatizantes logró acceder al terreno con claras intenciones de agredir a los jugadores, lo que obligó a la intervención inmediata de los grupos tácticos de la Policía de Acción Táctica y la Unidad Regional III.
A pesar de las advertencias, los hinchas intensificaron los disturbios arrojando objetos contundentes, como piedras y botellas de vidrio. Esto derivó en una respuesta policial que incluyó el uso de gas pimienta y cartuchos anti tumulto.
El personal policial realizó más de 110 disparos disuasivos con postas de goma y logró evacuar el estadio después de varios minutos de tensión extrema. Este operativo permitió la salida segura de jugadores, árbitros y la hinchada visitante, quienes no sufrieron agresiones físicas.
Además de los daños en las instalaciones del estadio y las lesiones leves sufridas por agentes policiales, se reportó un hecho que agrava aún más la situación: la destrucción de los vidrios de un vehículo particularperteneciente a una empleada policial, estacionado en las inmediaciones. Los atacantes, identificados como hinchas locales, destrozaron los vidrios del automóvil.
El fiscal en turno, Dr. Tosco, fue informado de lo sucedido y dispuso que se actuara conforme a los protocolos. Aunque no se realizaron detenciones inmediatas debido al caos y la cantidad de involucrados, las autoridades lograron identificar a varios responsables, que serán incluidos en las investigaciones posteriores.
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